viernes, 5 de marzo de 2010

Lo que también se nos vino abajo

Hay algo de lo que todavía no hablamos mucho, pero que sospecho subyace a nuestra perplejidad y decepción: con el terremoto afloraron nuestras mejores virtudes pero también se desnudaron las peores miserias. De esta forma, la imagen y autopercepción que sobre (y de) nosotros habíamos construido, también están seriamente damnificadas. //